La Legislatura había reconocido a esta distinguida institución de la Comuna 15 en un proyecto aprobado por el 90º aniversario.
Los clubes de barrio son lugares importantísimos en ellos, porque guardan una tarea social y de contención imprescindible en época de crisis, forma deportivamente, con aspectos de la conducta, y crea lazos que son sólidos a lo largo de la vida de muchos de sus deportistas. En la Comuna 15, una de estas instituciones más destacadas, el Club Social y Deportivo Fulgor de Villa Crespo, fue recientemente distinguido por la Legislatura, y esta semana se colocó una placa que lo destaca.
Todo se había originado en el proyecto del legislador Hernán Reyes, que había presentado en el cuerpo legislativo el año pasado solicitando la distinción, al cumplirse 90 años de la fundación de este club situado en Loyola 828. La iniciativa fue convertida en ley meses atrás y por eso quedaba cumplir el formalismo, que se hizo en un cálido acto dentro del Fulgor. La placa, en la puerta del establecimiento en el que sobresalen los clásicos colores verde, rojo y blanco, hace foco en la Declaración de Interés Social y Deportivo.
Asistieron al evento el propio legislador Reyes, junto al presidente de la Comuna 15 Agustín Ponti, y autoridades del club, además de sus socios y algunos vecinos.
En el proyecto de ley, el diputado de la Coalición Cívica había enfatizado: "El Fulgor de Villa Crespo sigue siendo un espacio social de encuentro para aquellos que crecieron en sus patios, los padres y madres de aquellos niños y niñas que practican deporte, como para toda aquella persona que quiera encontrar un espacio donde el contacto humano sea su valor fundamental. A lo largo de su historia, el Club Social y Deportivo Fulgor de Villa Crespo a través de su promoción de los valores del respeto, la integración e inclusión, sumado a su sentido de pertenencia y su visión colaborativa, supo convertirse en un baluarte del barrio y de la Ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, demuestra que el deporte es mucho más que una simple práctica física; que es también un espacio de socialización, convivencia, involucramiento, contención, solidaridad y, por sobre todo, educación para los más jóvenes.
Asimismo, había hecho foco en "la histórica milonga de los sábados a la noche, que cuenta con espacio para una escuela, en el primer tramo de los encuentros, y luego se abre el baile que se extiende hasta altas horas de la madrugada. Las nuevas generaciones lideran este espacio apropiándose de un valor cultural como es el tango, revitalizando y haciéndolo propio al ritmo de los nuevos tiempos. A la calidez humana que se encuentra en el Club y en sus profesoras se destaca la calidad del baile, que ha llevado a que sus bailarines y bailarinas tuvieran excelentes participaciones en el Mundial de Tango de la Ciudad de Buenos Aires".
"A lo largo de sus 90 años de existencia, la institución recibió visitas de grandes figuras del tango de la historia de la Ciudad de Buenos Aires y Argentina. Tales fueron las presencias notorias de cantores como Osvaldo Pugliese, Alberto Castillo, Roberto “El Polaco” Goyeneche, Alberto “Toto” Fontán. La institución con su ejemplar trabajo barrial que da cuenta de la importancia de los clubes de barrio en la Ciudad de Buenos Aires. Hoy cuenta con más de 200 socios/as activos, sumados a los centenares de personas que lo visitan cada semana en las múltiples actividades que llevan adelante. El básquet y el fútbol fueron los dos grandes deportes que dieron forma al club, hoy el patín, el tenis de mesa y el taekwondo son las nuevas grandes orgullos del Club. Mostrando su capacidad de resiliencia y poder de adaptación para seguir promoviendo los valores del deporte, la actividad en grupo y la construcción de comunidades", planteó en el mismo tono en la ley aprobada.
"Desde su fundación, el Fulgor de Villa Crespo ha sido un espacio de encuentro que unió a las personas desde el deporte y las actividades sociales. Desde su estatuto se prohibió la discriminación racial, política y/o religiosa. En sus primeras épocas, los patios del Club eran un lugar donde confluían chicos de todas las tradiciones que habitaban el barrio. Los hijos de aquellos que ya vivían en la Ciudad se integraban a los recién llegados sin ningún tipo de distinción. El deporte era el espacio de encuentro para que locales, españoles, italianos, armenios, polacos, rusos y sirio-libaneses. No existía diferencia entre cristianos, judios, mulsulmanes o ateos", fue otro de los aspectos celebrados.
"El Fulgor contribuyó a consolidar la identidad del barrio de Villa Crespo diversa y cosmopolita y, al mismo tiempo, cercana y humana. El deporte fue el elemento central que inició las actividades del Club. El fútbol, básquet, gimnasia y patín, fueron sus principales actividades. De todas maneras, el sentido de cooperación y colaboración que marcó los orígenes y la historia del club, se extendió a muchas otras actividades. Desde juego de bocha para los padres de los chicos y chicas, hasta la organización de torneos de cartas y juegos de mesa", dijo asimismo Reyes en el texto.
"También enseñanzas de cocina, corte y confección y otros oficios. La organización de bailes, su propio grupo de teatro, la proyección de películas, las celebraciones de su famosa milonga, el festejo de fiestas patrias y de los carnavales que llenaban de color sus patios. A lo largo de los años, la institución supo sustentarse a partir de aportes de sus socios, donaciones de vecinos, recaudaciones de rifas o eventos solidarios. Los festivales donde todos colaboran para ayudar el club o para recaudar víveres y ropa para las personas con necesidades del barrio. De allí, la conformación de un histórico sentido de pertenencia, en el que ayudar con trabajo o donaciones se convirtió en una tradición", se argumentó.