Los infectados y muertos no paran de crecer, y se siguen rompiendo récords diarios en un ascenso vertiginoso hacia pico que nunca terminamos de llegar. En la actualidad el AMBA muestra la contracara de lo que sucede en el resto del país, con un descenso sostenido de casos.



El SARS-CoV-2 no da tregua ni en Argentina ni en el resto del mundo. Lejos quedó la teoría epidemiológica que se iba alcanzar un pico máximo para luego encontrarnos con el descenso de casos. El coronavirus “rompió” todos los manuales, y hoy esa curva de contagios es un sube y baja que le quita el sueño a los líderes políticos de todo el planeta.
La carrera para encontrar una vacuna efectiva parece ser la única solución para frenar la peor pandemia a la que se enfrentó la humanidad, y muchos jefes de distintos estados ven en ella la llave para empezar a recuperar el capital político perdido debido a la crisis económica que vino aparejada ,y el desgaste social por las idas y vueltas con las medidas de aislamiemto. Como una remake de la guerra fría, su hallazgo puso a competir a las principales potencias globales.

Los números en Argentina son alarmantes, sumamos 25.721 muertos y 965.609 contagiados desde que se detectó el primer caso en nuestro país, hace 229 días. La contracara de estos datos es que 778.501 de este total de infectados lograron recuperarse.
El AMBA
"la situación epidemiológica viene siendo sostenida durante las últimas semanas en relación a la estabilidad en el AMBA, con acuerdos y planificación de aperturas y, en el resto del país con aumento del número de casos", declaró la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Claudia Vizconte, en la presentación del informe nacional sobre el coronavirus del día viernes. Y agregó "Más del 60 por ciento de los casos reportados ayer son del interior de las provincias.

Aunque hay un dato que no es menor, la región concentra el 40 del total del país de los internados en terapia intensiva; con 4278 pacientes asistidos en estado crítico.

Igualmente estamos lejos de poder relajarnos, y el crecimiento natural de mayor circulación debe venir de la mano de una mayor responsabilidad social
El enemigo es poderoso, además de ser imperceptible al ojo humano, muta, muere, resurge y vuelve a atacar. Contamos con pocas armas para enfrentarlo, y estamos perdiendo la contienda, por el momento. Pero sin dudas, antes del pitido final, será la humanidad la que triunfe en una nueva batalla.