En el corazón del Barrio Zavaleta, ubicado en la Comuna 4 de la Ciudad de Buenos Aires, Yanina Noguera está marcando un hito. Con más de 25 años de trayectoria, asumió en agosto de 2024 como jefa de la División Unidad Táctica de Pacificación de Barrios II, convirtiéndose en la primera mujer en liderar una dependencia policial en una de las zonas más conflictivas de la capital.
El Barrio Zavaleta, caracterizado históricamente por problemas de inseguridad, vulnerabilidad social y dinámicas complejas, representa un desafío que pocos estarían dispuestos a asumir. Pero para Noguera, esta es una oportunidad para demostrar el valor del liderazgo femenino en un entorno hostil.
Un liderazgo que rompe moldes
“Fue un desafío enorme. Ser la primera mujer como jefa es una oportunidad que tengo para demostrar que nosotras podemos llegar a los puestos de liderazgo y cumplir la función correctamente”, asegura Noguera.
Su designación no solo representa un avance institucional, sino también un cambio simbólico en el rol de la mujer dentro de las fuerzas de seguridad. Tradicionalmente, las mujeres han ocupado posiciones de apoyo en la policía, pero los últimos años han marcado un cambio hacia roles más operativos y de decisión.
Este avance no ha pasado desapercibido para sus colegas. “Muchas veces recibo palabras hermosas de las chicas policías. Me dicen que están orgullosas de mí, que les gustaría llegar a una función alta como me pasó a mí”, comparte la comisaria, emocionada por el impacto que su ejemplo tiene en las nuevas generaciones.
Preparación y compromiso: las claves del éxito
Noguera subraya que la clave para alcanzar altos cargos no reside en el género, sino en la preparación y el compromiso. “Todos tenemos la oportunidad, sean hombres o mujeres, de llegar a altos cargos. Lo importante acá es capacitarse para la función que van a ejercer”, enfatiza.
Dirigir una dependencia en un barrio como Zavaleta requiere un conjunto único de habilidades. Entre ellas, Noguera destaca el conocimiento profundo del territorio, la empatía hacia las necesidades de los vecinos, la capacidad para tomar decisiones bajo presión y una vocación de servicio genuina.
“Cuando uno trabaja con compromiso, se genera un impacto positivo en la comunidad. En lugares como Zavaleta, cada acción bien realizada tiene el potencial de cambiar la vida de las personas, y eso es lo que me motiva día a día”, explica.
Una trayectoria forjada desde la vocación
Desde joven, Yanina Noguera sintió un llamado por el servicio público. A los 17 años, mientras finalizaba la secundaria, decidió ingresar a la Escuela de Cadetes, donde comenzó a forjar su carrera. Egresó a los 20 años e inició su recorrido en la Policía Federal, una institución en la que, en ese entonces, las mujeres solían desempeñar roles administrativos o de apoyo.
Sin embargo, los cambios institucionales y su perseverancia le abrieron puertas hacia funciones operativas. “Nunca dejé de formarme, porque sabía que eso era lo que necesitaba para crecer. La capacitación y la preparación constante son fundamentales en esta profesión”, señala.
El desafío de liderar en Zavaleta
El Barrio Zavaleta es un territorio conocido por sus complejidades: pobreza estructural, conflictos vecinales y altos índices de criminalidad. En este contexto, el rol de la policía no solo es velar por la seguridad, sino también actuar como un puente entre el Estado y los vecinos.
Noguera, consciente de estas dinámicas, ha impulsado un enfoque integral para abordar los problemas del barrio. Bajo su liderazgo, se han implementado estrategias de proximidad que buscan generar confianza entre la policía y los habitantes. “Es fundamental que los vecinos nos vean como aliados. Escuchar sus preocupaciones y actuar en consecuencia es clave para construir una relación de respeto mutuo”, afirma.
Además, la comisaria ha trabajado en conjunto con organizaciones sociales y otras dependencias del Estado para abordar las causas profundas de la inseguridad. “La seguridad no se trata solo de presencia policial, sino de generar oportunidades y fortalecer el tejido social. Este es un trabajo que va más allá de lo que se ve en la calle”, agrega.
Un legado de inspiración
Más allá de su impacto en Zavaleta, Yanina Noguera está dejando una marca indeleble en la historia de las fuerzas de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires. Su ejemplo de compromiso, preparación y liderazgo está inspirando a mujeres y hombres por igual, demostrando que las barreras de género pueden ser superadas con esfuerzo y dedicación.
“Espero que mi experiencia sirva para que más mujeres se animen a perseguir sus sueños, no solo en la policía, sino en cualquier ámbito donde sientan que pueden marcar una diferencia. El cambio empieza con nosotras mismas”, reflexiona Noguera.
Hoy, la comisaria continúa trabajando incansablemente para mejorar la seguridad y calidad de vida en el Barrio Zavaleta. Su liderazgo es una prueba tangible de que el compromiso y la vocación pueden transformar no solo comunidades, sino también instituciones enteras.
FOTOS: Juan Manuel Laurens / GCBA